Con 20 años de edad y nacida en Valle de Guerra, Selene Pérez defiende actualmente la camiseta del Club Voleibol Aguere en Superliga Femenina 2. Desde los ocho años juega al voleibol y, aunque reconoce que su trayectoria deportiva es corta por su edad, tiene muy claro que su futuro pasa por seguir mejorando y aprendiendo. Recientemente se ha quedado a las puertas del ascenso a Superliga con el equipo aurinegro, pero está feliz porque dieron todo de sí mismas en la competición. Ahora toca descansar y pensar en todo lo que está por venir. 

- ¿Cómo y por qué empezó a practicar voleibol?

Empecé a practicar voleibol por mi primo porque él ya jugaba al voleibol. Yo siempre veía fútbol, baloncesto, atletismo, pero el voleibol nunca lo había visto y me llamó la atención. Decidí probar y me encantó. 

- ¿Cuál es su trayectoria deportiva?

Empecé a practicarlo en el colegio como actividad extraescolar con 8 años y a los 13 me apunté en el Club Voleibol Los Callejones. Yo soy de Valle de Guerra y cerca no había nada de voleibol, pero justo el año que yo quería empezar a practicarlo, abrieron ese club y me apunté. 

Estuve ahí hasta los 16 años, mi etapa cadete, también había estado en la Selección Canarias y ahí me vieron varios equipos que me querían fichar. Me decidí por el CV Haris donde estuve toda mi etapa de juvenil. A veces me convocaron para jugar varios partidos de Superliga, incluso viajé a Polonia para jugar competición europea, pero cuando pasé mi etapa de juvenil, yo no estaba preparada para jugar en Superliga, no me veía a ese nivel y decidí irme a Superliga 2. Me llamó el Aguere y desde entonces llevo dos años.

- ¿Qué ha sido o es lo más importante que le ha dado el voleibol?

El voleibol me ha dado mucha disciplina, educación, me ha enseñado valores desde pequeña que me ayudarán siempre en la vida y, sobre todo, me llevo todas las personas que he conocido. Tengo muchas amigas gracias al voleibol y estoy agradecida por haberlas conocido.

- En todos estos años, también habrá pasado por momentos difíciles, ¿Qué ha sido lo menos bueno que le ha tocado vivir en el voleibol?

La presión. Por ejemplo, cuando estuve en Superliga era más pequeña y lo disfrutaba todo más porque sientes que no es una obligación. Ahora mismo, después de haber vivido la fase de Superliga teniendo más compromiso, estar día tras día, incluso sin querer entrenar a veces, sientes como si estuvieras trabajando, pero al fin y al cabo estoy haciendo lo que me gusta. A veces me siento muy presionada y digo al año que viene ya dejo de jugar al voleibol, pero es lo que me gusta y al final termino volviendo.

- Recientemente viene de competir en Gran Canaria por el ascenso con el CV Aguere, pero se les escapó por muy poco. ¿Qué valoración hace de esta fase de ascenso?

Mi equipo dio el cien por cien, llegamos a final de temporada un poco tocadas, pero el equipo ha hecho un buen trabajo. Hemos conseguido buenos resultados, no pudo ser porque perdimos la semifinal, no llegamos a la final y no se pudo dar el ascenso, pero estoy contenta por haber quedado en la tercera posición de Superliga Femenina 2. De todas maneras, creo que se podría haber ganado los partidos que perdimos, pero son momentos y hay que aprender a vivir con ello.

- Finalizada la temporada, ¿ahora cuál es el objetivo que tiene en mente?

Ahora mismo no lo sé, quiero disfrutar del verano, quiero ver las opciones y ofertas que tengo y ver si viene algo bueno.

- ¿Qué sueña conseguir en el mundo del voleibol?

Me considero bajita para el deporte que practico y jugando en el rol de opuesta no sé si tendré mucho futuro, pero mi objetivo es mejorar yo misma cada día, ver que puedo ir consiguiendo más. Estoy jugando de opuesta en el CV Aguere, pero soy muy polivalente, puedo jugar en varias posiciones. Hace unos años jugaba de central y estaba súper cómoda, pero ahora mismo donde me siento más cómoda es de opuesta, pero porque es para lo que he entrenado. Yo creo que si la próxima temporada entreno de receptora, podría jugar al mismo nivel que ahora como opuesta. Lo que tengo que hacer es entrenar para que se me dé bien, pero me adapto a todas las situaciones.