Conociendo a… Carlos José Martínez

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lunes 26 de septiembre de 2022
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Aunque es natural de Venezuela, siente que en otra vida nací en La Laguna. Amo La Laguna, me encanta y me siento orgullosamente lagunero, asegura el ajedrecista Carlos José Martínez, quien recientemente consiguió el premio a mejor lagunero en el IV Open Internacional de Ajedrez San Cristóbal de La Laguna. Su primer contacto con este deporte fue cuando tenía 4 años y gracias a él ha conocido a muchas personas y distintos lugares del mundo. Con su característico gorro arlequinado, sigue disfrutando del ajedrez con el objetivo de “jugar cualquier torneo que se me plantee para mantener el nivel o, por lo menos, tener el roce competitivo”.

- ¿Cuándo y cómo llegó el ajedrez a su vida?

Cuando tenía 4 años, pero empecé a jugar a los 15 años en mi Venezuela natal, cuando descubrí que había clubes, asociaciones, federaciones y torneos. Siempre lo vi como un juego de mesa, pero no pensé que fuera un deporte federado. Lo conocí a través de mi hermano porque mi padre era una persona extremadamente intelectual, le gustaba mucho que sus hijos siempre tuvieran interacción con la música, el ajedrez, los libros y enciclopedias. En Navidad y en los cumpleaños nos regalaba juegos de mesa y de ajedrez, así que mi hermano mayor, que jugaba medianamente bien, le enseñó a mi segundo hermano y él me enseñó a mí. Luego, jugué partidas de aficionados con mi tío y empecé a desenvolverme bien. 

- ¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo del ajedrez?

Cuando estuve en Venezuela, empecé a participar en campeonatos nacionales de mi categoría. Llegué a jugar campeonatos nacionales juvenil y júnior, posteriormente fui a un Campeonato del Mundo en Alemania sub 26 y en Venezuela logré el título de Maestro FIDE, pero como no fue convalidado porque mi Federación era corrupta y no reclamó a tiempo los títulos ante la Federación Internacional de Ajedrez, no se me pudo dar el título. Sin embargo por mi devoción y mi vocación hacia el ajedrez, seguí jugando y sé que, cuando llegue a los 2300 puntos, lo obtendré de nuevo. Sería un doble mérito porque lo conseguiría dos veces, pero ahora mismo estoy a 300 puntos.

- ¿Cuál es su próxima meta que quiere alcanzar?

Normalmente, el ajedrecista se traza como objetivo mejorar el nivel y eso también implica subir puntos de ELO, un sistema de clasificación, pero para ello hay que ganar partidas, y si ganas partidas, ganas torneos y ganas a rivales más fuertes que uno mismo. Son varios objetivos porque al subir el nivel y obtener más ELO, puedes adquirir el título de Maestro. Todo va de la mano. Pertenezco al Club Ébano Barrio Nuevo y siempre me ayuda para que juegue en otras islas o en la península. Jugar torneos a nivel internacional y enfrentarme a Grandes Maestros Internacionales serían mis metas inmediatas. Por ahora, como estamos en un periodo pospandemia donde hay pocos torneos, jugaré todos los torneos que se me planteen para mantener el nivel o, por lo menos, tener el roce competitivo.

Recientemente, acaba de participar en la cuarta edición del Open Internacional de Ajedrez San Cristóbal de La Laguna. ¿Cómo valoraría la organización y el nivel competitivo del torneo?

La valoración es óptima, todo estuvo bien. Juan Luis Marín, que es uno de los coordinadores del torneo, conjuntamente con el Ayuntamiento de La Laguna y toda la gente que ha apoyado el torneo en su cuarta edición, ha dejado su tiempo y la energía para que se celebre. Incluso en aquellas cosas en las que se pudo fallar, ellos han dado todo. Habrá alguna cosita que se pueda mejorar y estoy seguro que así será cada año. Han venido representantes de muchas partes, Maestros de otros lugares, la logística ha sido excelente y el trato también.

- Justamente en este torneo consiguió el premio a mejor lagunero. ¿Qué significa para usted La Laguna?

No solo me siento lagunero por adopción, sino que siento que en otra vida nací en La Laguna. La vida misma me ha traído aquí, pertenezco a un club de La Laguna, amo La Laguna, me encanta y me siento orgullosamente lagunero. La primera vez que llegué a Tenerife fue en el 2013, duré un par de meses y volví a Venezuela. Después, en el 2016, regresé y hasta la fecha. Cuando me preguntan qué me gustó de La Laguna, les digo que todo, hasta caminar por las calles, tomar un café en cualquier lugar, a cualquier hora del día. Me gusta su clima, porque es muy parecido a donde yo vivía allá, y por otro lado, por la seguridad. No puedo quedarme con un solo lugar de La Laguna porque tengo muchos que son muy especiales para mí y cada uno tiene un motivo.

- ¿Compagina el ajedrez con alguna otra actividad o trabajo?

Hay muy pocas personas que pueden vivir del ajedrez porque es un deporte de élite. Si no tienes dinero ni capacidad económica para viajar, para pagar el alojamiento y demás, lamentablemente, no puedes vivir del ajedrez. Por eso yo trabajo en una empresa de un familiar, es mi manera de ganar dinero y poder costearme mis gastos. Además, hay que mantener el cuerpo y la mente sana, por eso también juego al fútbol, hago carreras de atletismo y hago ejercicio.

- Actualmente, el ajedrez está en auge, cada vez más vemos a personas que lo practican. ¿Usted cree que es así?

Sí. En primer lugar, está en auge por la serie ‘Gambito de Dama’, que se estrenó en Netflix. Generó una reacción encadenada a nivel mundial donde muchas personas, que no habían tocado nunca el ajedrez, se sintieron identificadas. Al mismo tiempo, la pandemia llevó a mucha gente a dedicarse a las matemáticas, a los idiomas o a sus estudios personales, y otros también sacaron tiempo para mejorar su ajedrez. Ahora mismo acaba de terminar las Olimpiadas de Ajedrez en la India y se pudo ver como mucho de los países participantes aumentaron su nivel.

- Le hemos visto en varias ocasiones con una indumentaria muy especial y un gorro a cuadros en los torneos en los que ha participado. ¿Qué mensaje busca transmitir a través de su vestimenta?

Hace un tiempo apareció un fenómeno interesante en España: el Rey Enigma. Es un Maestro muy fuerte que aparece vestido todo ajedrezado y con la cara tapada con una máscara a cuadros. Nadie sabe quién es y por eso se le denominó Rey Enigma. En Venezuela también apareció alguien parecido, Rey Misterio. Es una manera de publicitar el ajedrez, de masificarlo y que los jóvenes jueguen. En mi caso, desde siempre, cada vez que he tenido la oportunidad de tener una indumentaria o unas gafas de ajedrez, me gusta llevarla. Lo hago no porque quiera ser Rey Enigma ni mucho menos, sino porque es una manera de representar dignamente el arte que juego.

 

 


Aunque es natural de Venezuela, siente que “en otra vida nací en La Laguna. Amo La Laguna, me encanta y me siento orgullosamente lagunero”, asegura el ajedrecista Carlos José Martínez, quien recientemente consiguió el premio a mejor lagunero en el IV Open Internacional de Ajedrez San Cristóbal de La Laguna. Su primer contacto con este deporte fue cuando tenía 4 años y gracias a él ha conocido a muchas personas y distintos lugares del mundo. Con su característico gorro arlequinado, sigue disfrutando del ajedrez con el objetivo de “jugar cualquier torneo que se me plantee para mantener el nivel o, por lo menos, tener el roce competitivo”.

- ¿Cuándo y cómo llegó el ajedrez a su vida?

Cuando tenía 4 años, pero empecé a jugar a los 15 años en mi Venezuela natal, cuando descubrí que había clubes, asociaciones, federaciones y torneos. Siempre lo vi como un juego de mesa, pero no pensé que fuera un deporte federado. Lo conocí a través de mi hermano porque mi padre era una persona extremadamente intelectual, le gustaba mucho que sus hijos siempre tuvieran interacción con la música, el ajedrez, los libros y enciclopedias. En Navidad y en los cumpleaños nos regalaba juegos de mesa y de ajedrez, así que mi hermano mayor, que jugaba medianamente bien, le enseñó a mi segundo hermano y él me enseñó a mí. Luego, jugué partidas de aficionados con mi tío y empecé a desenvolverme bien. 

- ¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo del ajedrez?

Cuando estuve en Venezuela, empecé a participar en campeonatos nacionales de mi categoría. Llegué a jugar campeonatos nacionales juvenil y júnior, posteriormente fui a un Campeonato del Mundo en Alemania sub 26 y en Venezuela logré el título de Maestro FIDE, pero como no fue convalidado porque mi Federación era corrupta y no reclamó a tiempo los títulos ante la Federación Internacional de Ajedrez, no se me pudo dar el título. Sin embargo por mi devoción y mi vocación hacia el ajedrez, seguí jugando y sé que, cuando llegue a los 2300 puntos, lo obtendré de nuevo. Sería un doble mérito porque lo conseguiría dos veces, pero ahora mismo estoy a 300 puntos.

- ¿Cuál es su próxima meta que quiere alcanzar?

Normalmente, el ajedrecista se traza como objetivo mejorar el nivel y eso también implica subir puntos de ELO, un sistema de clasificación, pero para ello hay que ganar partidas, y si ganas partidas, ganas torneos y ganas a rivales más fuertes que uno mismo. Son varios objetivos porque al subir el nivel y obtener más ELO, puedes adquirir el título de Maestro. Todo va de la mano. Pertenezco al Club Ébano Barrio Nuevo y siempre me ayuda para que juegue en otras islas o en la península. Jugar torneos a nivel internacional y enfrentarme a Grandes Maestros Internacionales serían mis metas inmediatas. Por ahora, como estamos en un periodo pospandemia donde hay pocos torneos, jugaré todos los torneos que se me planteen para mantener el nivel o, por lo menos, tener el roce competitivo.

Recientemente, acaba de participar en la cuarta edición del Open Internacional de Ajedrez San Cristóbal de La Laguna. ¿Cómo valoraría la organización y el nivel competitivo del torneo?

La valoración es óptima, todo estuvo bien. Juan Luis Marín, que es uno de los coordinadores del torneo, conjuntamente con el Ayuntamiento de La Laguna y toda la gente que ha apoyado el torneo en su cuarta edición, ha dejado su tiempo y la energía para que se celebre. Incluso en aquellas cosas en las que se pudo fallar, ellos han dado todo. Habrá alguna cosita que se pueda mejorar y estoy seguro que así será cada año. Han venido representantes de muchas partes, Maestros de otros lugares, la logística ha sido excelente y el trato también.

- Justamente en este torneo consiguió el premio a mejor lagunero. ¿Qué significa para usted La Laguna?

No solo me siento lagunero por adopción, sino que siento que en otra vida nací en La Laguna. La vida misma me ha traído aquí, pertenezco a un club de La Laguna, amo La Laguna, me encanta y me siento orgullosamente lagunero. La primera vez que llegué a Tenerife fue en el 2013, duré un par de meses y volví a Venezuela. Después, en el 2016, regresé y hasta la fecha. Cuando me preguntan qué me gustó de La Laguna, les digo que todo, hasta caminar por las calles, tomar un café en cualquier lugar, a cualquier hora del día. Me gusta su clima, porque es muy parecido a donde yo vivía allá, y por otro lado, por la seguridad. No puedo quedarme con un solo lugar de La Laguna porque tengo muchos que son muy especiales para mí y cada uno tiene un motivo.

- ¿Compagina el ajedrez con alguna otra actividad o trabajo?

Hay muy pocas personas que pueden vivir del ajedrez porque es un deporte de élite. Si no tienes dinero ni capacidad económica para viajar, para pagar el alojamiento y demás, lamentablemente, no puedes vivir del ajedrez. Por eso yo trabajo en una empresa de un familiar, es mi manera de ganar dinero y poder costearme mis gastos. Además, hay que mantener el cuerpo y la mente sana, por eso también juego al fútbol, hago carreras de atletismo y hago ejercicio.

- Actualmente, el ajedrez está en auge, cada vez más vemos a personas que lo practican. ¿Usted cree que es así?

Sí. En primer lugar, está en auge por la serie ‘Gambito de Dama’, que se estrenó en Netflix. Generó una reacción encadenada a nivel mundial donde muchas personas, que no habían tocado nunca el ajedrez, se sintieron identificadas. Al mismo tiempo, la pandemia llevó a mucha gente a dedicarse a las matemáticas, a los idiomas o a sus estudios personales, y otros también sacaron tiempo para mejorar su ajedrez. Ahora mismo acaba de terminar las Olimpiadas de Ajedrez en la India y se pudo ver como mucho de los países participantes aumentaron su nivel.

- Le hemos visto en varias ocasiones con una indumentaria muy especial y un gorro a cuadros en los torneos en los que ha participado. ¿Qué mensaje busca transmitir a través de su vestimenta?

Hace un tiempo apareció un fenómeno interesante en España: el Rey Enigma. Es un Maestro muy fuerte que aparece vestido todo ajedrezado y con la cara tapada con una máscara a cuadros. Nadie sabe quién es y por eso se le denominó Rey Enigma. En Venezuela también apareció alguien parecido, Rey Misterio. Es una manera de publicitar el ajedrez, de masificarlo y que los jóvenes jueguen. En mi caso, desde siempre, cada vez que he tenido la oportunidad de tener una indumentaria o unas gafas de ajedrez, me gusta llevarla. Lo hago no porque quiera ser Rey Enigma ni mucho menos, sino porque es una manera de representar dignamente el arte que juego.

 

 

 

Aunque es natural de Venezuela, siente que “en otra vida nací en La Laguna. Amo La Laguna, me encanta y me siento orgullosamente lagunero”, asegura el ajedrecista Carlos José Martínez, quien recientemente consiguió el premio a mejor lagunero en el IV Open Internacional de Ajedrez San Cristóbal de La Laguna. Su primer contacto con este deporte fue cuando tenía 4 años y gracias a él ha conocido a muchas personas y distintos lugares del mundo. Con su característico gorro arlequinado, sigue disfrutando del ajedrez con el objetivo de “jugar cualquier torneo que se me plantee para mantener el nivel o, por lo menos, tener el roce competitivo”.

- ¿Cuándo y cómo llegó el ajedrez a su vida?

Cuando tenía 4 años, pero empecé a jugar a los 15 años en mi Venezuela natal, cuando descubrí que había clubes, asociaciones, federaciones y torneos. Siempre lo vi como un juego de mesa, pero no pensé que fuera un deporte federado. Lo conocí a través de mi hermano porque mi padre era una persona extremadamente intelectual, le gustaba mucho que sus hijos siempre tuvieran interacción con la música, el ajedrez, los libros y enciclopedias. En Navidad y en los cumpleaños nos regalaba juegos de mesa y de ajedrez, así que mi hermano mayor, que jugaba medianamente bien, le enseñó a mi segundo hermano y él me enseñó a mí. Luego, jugué partidas de aficionados con mi tío y empecé a desenvolverme bien. 

- ¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo del ajedrez?

Cuando estuve en Venezuela, empecé a participar en campeonatos nacionales de mi categoría. Llegué a jugar campeonatos nacionales juvenil y júnior, posteriormente fui a un Campeonato del Mundo en Alemania sub 26 y en Venezuela logré el título de Maestro FIDE, pero como no fue convalidado porque mi Federación era corrupta y no reclamó a tiempo los títulos ante la Federación Internacional de Ajedrez, no se me pudo dar el título. Sin embargo por mi devoción y mi vocación hacia el ajedrez, seguí jugando y sé que, cuando llegue a los 2300 puntos, lo obtendré de nuevo. Sería un doble mérito porque lo conseguiría dos veces, pero ahora mismo estoy a 300 puntos.

- ¿Cuál es su próxima meta que quiere alcanzar?

Normalmente, el ajedrecista se traza como objetivo mejorar el nivel y eso también implica subir puntos de ELO, un sistema de clasificación, pero para ello hay que ganar partidas, y si ganas partidas, ganas torneos y ganas a rivales más fuertes que uno mismo. Son varios objetivos porque al subir el nivel y obtener más ELO, puedes adquirir el título de Maestro. Todo va de la mano. Pertenezco al Club Ébano Barrio Nuevo y siempre me ayuda para que juegue en otras islas o en la península. Jugar torneos a nivel internacional y enfrentarme a Grandes Maestros Internacionales serían mis metas inmediatas. Por ahora, como estamos en un periodo pospandemia donde hay pocos torneos, jugaré todos los torneos que se me planteen para mantener el nivel o, por lo menos, tener el roce competitivo.

Recientemente, acaba de participar en la cuarta edición del Open Internacional de Ajedrez San Cristóbal de La Laguna. ¿Cómo valoraría la organización y el nivel competitivo del torneo?

La valoración es óptima, todo estuvo bien. Juan Luis Marín, que es uno de los coordinadores del torneo, conjuntamente con el Ayuntamiento de La Laguna y toda la gente que ha apoyado el torneo en su cuarta edición, ha dejado su tiempo y la energía para que se celebre. Incluso en aquellas cosas en las que se pudo fallar, ellos han dado todo. Habrá alguna cosita que se pueda mejorar y estoy seguro que así será cada año. Han venido representantes de muchas partes, Maestros de otros lugares, la logística ha sido excelente y el trato también.

- Justamente en este torneo consiguió el premio a mejor lagunero. ¿Qué significa para usted La Laguna?

No solo me siento lagunero por adopción, sino que siento que en otra vida nací en La Laguna. La vida misma me ha traído aquí, pertenezco a un club de La Laguna, amo La Laguna, me encanta y me siento orgullosamente lagunero. La primera vez que llegué a Tenerife fue en el 2013, duré un par de meses y volví a Venezuela. Después, en el 2016, regresé y hasta la fecha. Cuando me preguntan qué me gustó de La Laguna, les digo que todo, hasta caminar por las calles, tomar un café en cualquier lugar, a cualquier hora del día. Me gusta su clima, porque es muy parecido a donde yo vivía allá, y por otro lado, por la seguridad. No puedo quedarme con un solo lugar de La Laguna porque tengo muchos que son muy especiales para mí y cada uno tiene un motivo.

- ¿Compagina el ajedrez con alguna otra actividad o trabajo?

Hay muy pocas personas que pueden vivir del ajedrez porque es un deporte de élite. Si no tienes dinero ni capacidad económica para viajar, para pagar el alojamiento y demás, lamentablemente, no puedes vivir del ajedrez. Por eso yo trabajo en una empresa de un familiar, es mi manera de ganar dinero y poder costearme mis gastos. Además, hay que mantener el cuerpo y la mente sana, por eso también juego al fútbol, hago carreras de atletismo y hago ejercicio.

- Actualmente, el ajedrez está en auge, cada vez más vemos a personas que lo practican. ¿Usted cree que es así?

Sí. En primer lugar, está en auge por la serie ‘Gambito de Dama’, que se estrenó en Netflix. Generó una reacción encadenada a nivel mundial donde muchas personas, que no habían tocado nunca el ajedrez, se sintieron identificadas. Al mismo tiempo, la pandemia llevó a mucha gente a dedicarse a las matemáticas, a los idiomas o a sus estudios personales, y otros también sacaron tiempo para mejorar su ajedrez. Ahora mismo acaba de terminar las Olimpiadas de Ajedrez en la India y se pudo ver como mucho de los países participantes aumentaron su nivel.

- Le hemos visto en varias ocasiones con una indumentaria muy especial y un gorro a cuadros en los torneos en los que ha participado. ¿Qué mensaje busca transmitir a través de su vestimenta?

Hace un tiempo apareció un fenómeno interesante en España: el Rey Enigma. Es un Maestro muy fuerte que aparece vestido todo ajedrezado y con la cara tapada con una máscara a cuadros. Nadie sabe quién es y por eso se le denominó Rey Enigma. En Venezuela también apareció alguien parecido, Rey Misterio. Es una manera de publicitar el ajedrez, de masificarlo y que los jóvenes jueguen. En mi caso, desde siempre, cada vez que he tenido la oportunidad de tener una indumentaria o unas gafas de ajedrez, me gusta llevarla. Lo hago no porque quiera ser Rey Enigma ni mucho menos, sino porque es una manera de representar dignamente el arte que juego.

 

 

 

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