Conociendo a… Adrián Fernández

Conociendo a… Adrián Fernández

martes 14 de febrero de 2023
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Adrián Fernández Coviello (26/08/1989) es un lagunero vinculado con el deporte desde temprana edad. Con apenas 17 años debutó en categoría nacional y, hoy en día, es capitán del CD Cisneros Alter que compite en Superliga 2, la categoría de plata del voleibol nacional.

El pasado mes de enero el cuadro cisnerista se proclamó campeón de la copa del Príncipe, que enfrenta a los seis mejores equipos de la competición al finalizar la primera vuelta del campeonato. Formado en la Escuela Insular de Tenerife, durante las categorías cadete y juvenil, formó parte durante una temporada del Arona Playa de las Américas de Superliga 1.

Además de jugar, Adrián también es formador de la cantera del Cisneros, y fue técnico también de otro equipo lagunero, el CV Aguere, al que entrenó y del que fue coordinador de las categorías inferiores y del equipo de Superliga 2 femenino. Con pasos por el CV Orotava, CV Voleycruz y CV Adeje, Adrián es una de las figuras con mayor trayectoria en el voleibol insular, fichando por el Cisneros en la temporada 2016-17, tanto como jugador como entrenador y coordinador de las categorías inferiores varias temporadas.

- ¿Cuánto tiempo llevas jugando al voleibol? ¿Cómo empezaste y qué recuerdas de tus inicios?

Llevo jugando desde los 14 años. Con esa edad, estando en el instituto, jugaba como la mayoría de los niños a fútbol, pero se organizaban torneos de voleibol a los que siempre me apuntaba. Mi profesor de educación física, don Mauro, no hacía más que decirme que por qué no probaba ir a un equipo voleibol. Él es el padre de Alejandro Fernández, líbero actual del CV Guaguas. Mostraba mucho interés cuando dábamos vóley en Educación Física y siempre que podíamos durante la semana me hablaba de vóley: cuanto viajaban, las veces que habían sido campeones de Canarias y de España… Me fue gustando la idea y un día decidí ir a probar.

Cuando llegué al primer entrenamiento me di cuenta de que no tenía nada que ver con lo que estaba en mi cabeza. Tuve la suerte de empezar con un equipo que venía de ganar varios campeonatos de España por club y muchos de ellos con la selección, incluso había jugadores que eran convocados por la Selección Nacional. A pesar de no tener ni idea de nada, el grupo humano que había de entrenadores y compañeros hicieron que me quedara y me entusiasmara y eso me animó a querer aprender a jugar como ellos.

- ¿Quién te "metió este deporte en vena" y cómo logró engancharte?

Empecé en este deporte por don Mauro, pero fue Jose Luis López, mi entrenador, quien hizo que lo viviera y lo siéntese como ahora. Desde el primer momento que empecé a entrenar siempre hizo que, a pesar de que los compañeros estaban muy por encima de mí, me sintiera como uno más y poco a poco me fueran saliendo las cosas. Él hizo que estuviera siempre con el balón en las manos y que no hiciera otra cosa más que estudiar y desear que fuera la hora de entrenar.

Y no puedo olvidarme de mi familia. Ellos desde bien pequeño me han inculcado el deporte, sobre todo mi tío. Se pasaba muchas horas conmigo, viendo videos y dándome consejos. Da igual el deporte que fuera o donde tuviera que ir a jugar/entrenar, que siempre me llevaban a todos lados. Sin el apoyo de ellos no me hubiese sido posible.

- ¿Cómo ha sido tu trayectoria hasta llegar a competir en la élite nacional?

Empecé jugando en la Escuela Insular de Tenerife desde cadetes a juveniles, donde ganamos varios Campeonatos de España. Pasé por la Selección Canaria de estas categorías. Cuando se acabó la etapa juvenil estuve una temporada con el equipo de Superliga 1 del Arona Playa de las Américas. Al finalizar esta temporada tuve la oportunidad de irme fuera, pero decidí “dejar” el voleibol. Pasé a la faceta de entrenador en el CV Aguere durante unas 8-9 temporadas. En estos años de entrenador seguí jugando en equipos de la isla en la Liga Canaria, llegando incluso a jugar fases de ascenso y ganarlas.

En la temporada 2016-17 Jose Luis me comentó la idea de volver a juntar a la mayoría de los jugadores que nos formamos con él en la base. No tuve dudas en unirme al proyecto del Cisneros como jugador y como entrenador de la cantera hasta la actualidad.

También pasé por el Centro de Alto Rendimiento de voley playa de Arona, donde jugamos varios campeonatos de España y algunas pruebas internacionales.

- ¿Cómo recuerdas esos días en los que dabas el salto a los primeros equipos y medirte ya a nivel profesional o semiprofesional?

Esos recuerdos siempre hacen que me salga una sonrisa. Ser compañero de jugadores a los que siempre veía de la grada, aprender de ellos y vivir estas experiencias con ellos fue increíble. Era la recompensa a muchos años de entrenamiento; era el premio por dejar de hacer muchas cosas por el voleibol, que ni mis amigos entendían, diciéndome cosas como “no tienes otra vida que el voleibol”, pero era lo que quería y no me arrepiento de ello.

- Qué entrenadores te dejaron más huella o con los que más aprendiste/disfrutaste?

Tuve la suerte de estar, desde mi punto de vista, con lo mejores entrenadores que había y ha habido en la isla, y me atrevo a decir que en España. Por la parte de voleibol sin lugar a duda Jose Luis López, hoy en día cuento con él a diario como amigo dispuesto siempre a ayudar y del cual sigo aprendiendo. También me gustaría destacar a Ambrosio González, un lagunero que lleva el voleibol en la sangre. No fui jugador suyo, pero si compartí muchos años de entrenador a su lado aprendiendo muchísimo. Él me dio la oportunidad de dirigir una temporada el equipo de Superliga 1 del CV Aguere.

Y por último, en la parte de voley playa me entrenó Daniel Rodríguez Wood. También lagunero, que sigue estando como entrenador en la élite del voley playa mundial.

- ¿Y de compañeros? ¿Con quién fuiste dando esos pasos hasta llegar a día de hoy a ser campeón de la copa del Príncipe?

Compañeros han sido muchos. La mejor etapa fue la de cadete y juvenil; éramos una piña que, siendo unos críos, vivimos muchas experiencias juntos que hicieron que no solo pasaremos tiempo entrenando, sino también fuera del voleibol. A día de hoy nos juntamos y no parece que haya pasado todo ese tiempo.

Respetando a todos mis compañeros, hay dos personas que sí me gustaría destacar. Uno es Iván Alonso, compañero desde cadetes hasta hace apenas unos años. Fue mi pareja de voley playa desde niños. De hecho, desde que se tuvo que marchar de la isla, apenas he jugado algún torneo. Vivimos muchísimos buenos y malos momentos; deportivamente éramos inseparables, solo con mirarnos ya sabíamos lo que el otro quería. El otro es Ricardo García “Richi”, desde cadetes llevamos jugando juntos hasta hoy, que es el líbero del Cisneros. Otra persona con la que desde el principio me compenetré muy bien. Hemos ganado varios títulos juntos.

- ¿Cómo definirías al Cisneros como colegio en cuanto a proyecto educativo y su afán de trasladar esos valores al deporte?

En el Cisneros caminando por los pasillos se palpa y se huele el afán de trasladarle a todos los alumnos/as los valores que lleva consigo practicar deporte y estar en un equipo de trabajo. Lo vivo a diario y creo que no hay mejor forma de transmitir a un niño/a que está aprendiendo los valores a través del deporte que le gusta. La labor que hacen los profesores es espectacular y no hay mejor forma de demostrarlo que cuando estos alumnos nos ven entrenar, caminando por los pasillos del colegio o simplemente por la calle siempre vienen a dar con nosotros con mucha ilusión. Sin olvidar que esto también llega a las familias, recibimos muchos mensajes de apoyo y los sábados siempre tenemos las gradas llenas.

- ¿Tu mejor partido de voleibol?

Han sido tantos años que es difícil decidirme por alguno, pero puedo destacar que a nivel emocional me marcó bastante un partido contra Unicaja Almería en el Campeonato de España Juvenil que se jugó en Arona. Apenas era juvenil de primer año, en el que había jugadores de tercer año con un grandísimo nivel. Por la mañana a Osveny Sánchez Cárdenas le empezaron a dar tirones muy fuertes y no iba a poder disputar el encuentro. Recuerdo estar descansando en la habitación y venir los entrenadores a comunicarme que me preparara porque ese partido entraba como titular. Fue una mezcla de nervios y a la vez unas ganas tremendas ya que jugábamos en casa un campeonato de España con toda tu familia y amigos en la grada. Terminamos ganando 3-0 y nos clasificamos para la semifinal.

- ¿Y el mejor partido (no tiene por qué ser a nivel individual) del Cisneros en el que hayas jugado?

Hemos vivido buenos partidos a mucho nivel durante estos años. Si me tengo que quedar con alguno en especial está claro que será esta Copa Príncipe 2022 y la fase final de la temporada 2020/21 en Valencia.

- ¿Qué ha supuesto para ti ganar recientemente la Copa del Príncipe?

Pues es la recompensa a tantas horas de entrenamiento, al trabajo diario y a la apuesta del club desde que volvió a competir en la élite hace unos años. Los que llevamos años sabemos lo duro que ha sido llegar hasta donde estamos ahora. Hemos pasados momentos deportivos muy malos e incluso con muy mala suerte, destacando el de hace dos años que nos quedamos a un punto del ascenso cuando nuestro colocador se partió la mano. Ganar esta copa me supuso una alegría tremenda y mucha motivación para afrontar la segunda parte de la liga.

Pienso que el trabajo no viene solo de esta temporada, sino de todas estas personas que han pasado por el club estos años trabajando día a día para que esto llegara. Al ganar esta copa me acordé mucho de Rubén Martínez, de hecho fue al primero que llamé con la copa en la mano. Una persona que se ha dejado la vida por el club durante años y cada semana nos sigue y siente cada triunfo como nosotros. Fue entrenador del equipo durante 4 temporadas y este título también es mérito de su trabajo.

- ¿Te ves jugando la Superliga 1 con el Cisneros? ¿cómo ves las posibilidades de ascenso?

¿Pues por qué no? Somos conscientes de lo difícil que es volver a conseguir estar arriba y ganar la fase de ascenso. Tenemos rivales muy difíciles en el grupo, tenemos que tener los pies en el suelo y seguir trabajando como hasta ahora o mejor. Está claro que posibilidades hay y el grupo lo sabe, pero ahora mismo no pensamos más allá de ir cada jornada sumando puntos para que pueda llegar ese momento y estar lo mejor preparados posibles.


 

 

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