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Fernando Capdevila García (San Cristóbal de La Laguna, 1956) se inició en el mundo del motor desde muy joven, comenzando su trayectoria en el motociclismo en 1978. Cuatro años después, debutó en el automovilismo al volante de un Opel Ascona 2.0, y en 1983 dio el salto a competiciones tanto locales como nacionales. Propietario de Copi Sport S.L. y de Archiauto, el reconocido piloto tinerfeño también es biólogo marino por vocación, formado en la Universidad de La Laguna. En 2013, apenas un año antes de su retirada como piloto, alcanzó el título más prestigioso de su carrera en Canarias al revalidar el campeonato de rallyes frente a rivales de talla nacional e internacional. Ese mismo año, su equipo, Copi Sport, vivió su temporada más exitosa al conquistar los nueve títulos en juego, coincidiendo con su 25.º aniversario. En 2014, tras una brillante carrera, Capdevila anunció su retiro de las competencias al más alto nivel para centrarse en la dirección de su equipo y en la formación de futuras generaciones de pilotos.
¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo del motor?
Comencé en el motociclismo en el año 1978, con una Honda 900. Luego fui campeón de Tenerife de Karting Junior, e hice mis ‘pinitos’ en rallyes con un Mini, pero no fue hasta el año 1982 que inicié de verdad en el automovilismo. Debuté a mitad de temporada con un Opel Ascona 2.0. El año siguiente empecé a competir en serio tanto en la isla como a nivel nacional. Desde siempre tuve claro que mi objetivo no era quedarme estancado en Canarias.
¿Cuál fue la mayor dificultad que enfrentó como piloto al principio de su carrera?
El automovilismo deportivo es uno de los deportes más caros que hay, y si además quieres salir de las islas, es prohibitivo. No solo tuve que buscar la ayuda de amigos y patrocinadores que me permitieran correr, sino romper la barrera de la insularidad y lanzarme a nivel nacional. Los viajes a la Península eran una odisea. Nos desplazábamos miles de kilómetros con el mismo coche que utilizábamos para correr, con 6 ruedas en el techo y un rollo de alambre junto a las herramientas en el maletero. Aún así, en mi primera temporada completa, junto a Margarita Cortecero, logré proclamarme Campeón de Tenerife de Rallyes de asfalto y Subcampeón absoluto de España de Rallyes secretos sobre tierra. Fue algo increíble y que nunca olvidaré.
A lo largo de su trayectoria, ¿cuál considera que fue su mayor logro en el rally y por qué?
No tengo dudas que fue el subcampeonato del mundo FIA de grupo N en 1991, por su dificultad -tanto logística como deportiva- en donde nos medimos a los mejores. Al final obtuvimos premio y conseguimos algo que, sin duda, sigue siendo a fecha de hoy el mayor logro de un piloto canario.
Si pudiera volver a competir en una sola carrera del pasado, ¿cuál elegiría y por qué?
Participé en dos ocasiones (1988 y 1990) en el Rally Paris-Dakar. En ninguna de las dos pude llegar al Lago Rosa, ya sea por fallos en el coche que alquilamos o también por mi exceso de ímpetu -propio de esa edad- que no me permitió afrontar una prueba de esa categoría con la calma que requiere. Creo que es la que repetiría, aunque me quedaré siempre con esa espinita clavada, ya que ahora tengo la calma necesaria, pero no la preparación física que te exige.
¿Cómo ve la evolución del rally como deporte desde su época activa hasta el día de hoy?
Antes eran pruebas mucho más amateurs, donde se valoraba tanto la velocidad como la regularidad. Todos queríamos ganar, pero al mismo tiempo había mucha más camaradería y deportividad. Ahora el planteamiento es otro. Se ha profesionalizado tanto en todas sus facetas y hay tanto intereses económicos, que se ha convertido en un deporte muy complicado. Ahora se hace casi imposible de afrontar, especialmente para los que quieren iniciarse.
Hablando un poco de Copi Sport, ¿qué me puede contar de los inicios de la escudería y el trabajo que se hace en la misma?
Correcto. Se fundó hace 37 años, cuando participé en mi primer Dakar. Hemos sido campeones de Canarias de Escuderías en 16 de los últimos 17 años. Todo ello no es casualidad, sino fruto de un trabajo meticuloso. La escudería tiene una estructura de grandes mecánicos y también buscamos los recursos a través de nuestros patrocinadores. Gracias a ello nos permitimos seleccionar jóvenes promesas para enseñarles, formarles y ayudarles en sus inicios. Somos una gran ayuda para derribar esas barreras que se encontrarán en el camino.
El más claro ejemplo es nuestro piloto, al cual le considero mi “hijo deportivo”, Enrique Cruz. Tomé las riendas de su futuro en 2009, y durante todo este tiempo le hemos formado dándole los medios económicos y materiales necesarios. Hemos crecido codo a codo hasta el momento actual, en el que ya es un ídolo y una parte muy importante de nuestra historia. Paralelamente a eso está el trabajo de nuestra escuela de pilotos ‘Disa Copi Sport’ por donde ya han pasado más de 4.000 jóvenes canarios y de donde han salido becados otros 10 campeones.
También creamos el proyecto ‘Mujer y Motor’, cuyo objetivo es lograr la igualdad de género y la integración plena de la mujer en nuestro deporte. Y finalmente, hemos lanzado otro programa con becas para formación de mecánicos.
En definitiva, puedo decir con orgullo que La Laguna -mi ciudad- tiene un equipo que, por resultados deportivos, pero sobre todo por su dedicación a la formación y el apoyo al deporte base, es único en el mundo.
¿Qué valoración hacen de este 2024 desde la escudería en materia deportiva? ¿Cuáles son los objetivos para el próximo año?
Pues ha sido otro año más en el que hemos podido trabajar y desarrollar todos nuestros programas, en los que hemos lanzado a un joven piloto tinerfeño y a una chica muy prometedora. Asimismo, hemos creado el primer Seminario MM24 para facilitarles el acceso a nuestro deporte a nuevas chicas que no solo deseen ser pilotas, sino copilotas, mecánicas o responsables de prensa.
A nivel regional hemos competido con Enrique Cruz y Yeray Mujica, siendo con diferencia el equipo más rápido, algo que nos enorgullece. Así como el debut de Enrique a nivel nacional haciendo un papel brillante.
¿Qué papel juega la relación entre piloto y copiloto en el éxito de una carrera?
No solo tiene que ser buena a nivel personal, algo indispensable al pasar tantas horas juntos en situaciones de mucha tensión dentro del coche, sino que también debe ser milimétrica en lo profesional. No tener una buena cohesión dentro de la pareja piloto-copiloto aumenta el riesgo de accidente.
¿Qué consejo le daría a quienes sueñan con iniciarse en el mundo del rally?
Que se lo piensen bien, y una vez lo tengan claro, luchen por aquello que les apasiona. También les diría que no se olviden de que, si además son laguneros, tienen a su disposición el magnífico Organismo Autónomo de Deportes que materializa subvenciones y ayudas. Así, como un equipo como Copi Sport, donde les podemos asesorar en lo que necesiten.